Más fácil y polivalente
Cuando una marca como Ducati lanza una nueva moto, lo primero que se espera es emoción. Pero si a eso se le suma una mayor lógica en precio, uso diario y tecnología, el resultado puede ser redondo. Eso es lo que ofrece la nueva Ducati Streetfighter V2 2025, una naked deportiva que combina el ADN más salvaje de la marca italiana con una accesibilidad inusual para un modelo de este perfil.
La Streetfighter V2 llega como hermana pequeña de la familia Streetfighter, compartiendo plataforma con la Panigale V2 y la Multistrada V2. Ducati ha afinado su estrategia: reducir costes sin sacrificar calidad, mantener el alto nivel tecnológico y ampliar el espectro de clientes. En esta V2 todo eso se cumple con creces.
Menos potencia, más equilibrio

Comparada con su predecesora, la nueva Streetfighter V2 reduce la potencia máxima de 153 CV a 120 CV (a 10.750 rpm), pero gana en ligereza, agilidad, manejabilidad y lo más importante para muchos, en precio. Gracias a la rebaja en el impuesto de matriculación por emisiones (del 9,75% al 4,75%), ahora hay dos versiones disponibles: la base por 16.590 € y la versión S, con suspensiones Öhlins, por 18.990 €. Ambas resultan más asequibles que el modelo anterior, que rondaba los 19.790 € sin equipar suspensiones Öhlins.
Estética Ducati con mejoras funcionales

A nivel estético, la moto sigue las líneas que definen la gama: agresiva, minimalista y muy Panigale. El depósito, estrecho y esculpido, y la postura de conducción cargada hacia delante refuerzan esa imagen. La versión S que probamos carecía de asiento para el pasajero —solo disponible como opción— y en general, su orientación sigue siendo claramente deportiva.
El manillar es ahora 30 mm más ancho, mejorando la ergonomía y el control en conducción urbana o deportiva. La gran novedad estética está en la parte trasera: se abandona el icónico basculante monobrazo por un nuevo doble brazo simétrico, junto con una llamativa salida doble de escape bajo el colín, directamente inspirada en la Panigale R con la que Álvaro Bautista ganó el Mundial de SBK en 2023.
Parte ciclo de primer nivel

El chasis es un monocasco de aluminio que usa el motor como elemento estructural, lo que reduce peso y mejora la rigidez. Respecto a la Panivale V2, la distancia entre ejes se amplía hasta los 1.493 mm gracias a un basculante más largo (572 mm) y las geometrías son más dulces: ángulo de lanzamiento de 24,1° y avance de 103 mm. El resultado es una moto más noble en curva sin perder rapidez en los cambios de dirección. En cuanto a suspensiones, la versión S equipa componentes Öhlins (horquilla NIX 30 con tratamiento TIN, o sea, titanio) mientras que la versión estándar se conforma con Marzocchi y Showa, en ambos casos completamente ajustables y prescindiendo de bieletas traseras que antes sí traía. Las llantas de aluminio son de cinco radios y los neumáticos unos pegajosos Pirelli Diablo Rosso IV. Los frenos están firmados por Brembo, con pinzas M50 y bomba radial, lo que proporciona una frenada potente y progresiva, aunque puede resultar algo intensa para conductores noveles.
Un nuevo motor, más usable y eficiente

La gran evolución está en el propulsor. Este V2 de 890 cc sustituye al explosivo Superquadro de 955 cc, un motor más ligero (9,4 kg menos), más suave y con mejor respuesta a bajo y medio régimen. Aunque ha perdido revoluciones máximas (de 13.000 baja a las 10.750 rpm), gana en rango de usabilidad, entre otras cosas por la incorporación del sistema IVT (Intake Variable Timing), que gestiona electrónicamente la distribución variable en las válvulas de admisión, mejorando respuesta en todo el rango de revoluciones.
Con 93 Nm de par a 8.250 rpm y el 80% de ese par disponible desde las 4.000 rpm, la moto se muestra viva, directa y usable en todo momento. Además, los intervalos de revisión pasan a ser cada dos años o 15.000 km, lo primero que llegue, mejorando los costes de mantenimiento.
Tecnología al servicio del cliente

La pantalla TFT pasa de 4,3 a 5 pulgadas, con una nueva interfaz más intuitiva y tres diseños gráficos (Road, Road Pro y Track). Además de los cuatro modos de conducción preconfigurados (Race, Sport, Road y Wet), la V2 permite duplicar cada uno y personalizarlos completamente.
Gracias a la plataforma inercial IMU de seis ejes, aporta ABS en curva, control de tracción, antiwheelies y freno motor, sin olvidar el eficaz Ducati Quick Shift 2.0 que deriva de la Panigale V4S. La configuración es sencilla y rápida, permitiendo adaptar la moto al estilo de conducción o a las condiciones del terreno con total facilidad.
Sensaciones en marcha: confort y deportividad

Durante la prueba realizada en la Alpujarra almeriense, recorrimos 210 km por carreteras secundarias, con tramos rápidos y otros más rotos. Todas las unidades eran versión S con solo 150 km de rodaje. Desde el principio, la ergonomía sorprendió: el asiento, ahora a 838 mm de altura, facilita el acceso al suelo y la estrechez del depósito permite una buena posición de las piernas.
La moto gira poco maniobrando, como es típico en Ducati, pero el amortiguador de dirección Sachs no interfiere en maniobras. El control de crucero es de serie, aunque solo se desactiva al frenar, lo cual puede incomodar a algunos usuarios. Las piñas, especialmente la izquierda, podrían mejorar en diseño y accesibilidad de botones.
El nuevo motor es muy silencioso a bajas vueltas, casi en exceso, aunque a partir de 5.500 rpm gana en carácter y deja entrever el alma Panigale. Las vibraciones están muy bien filtradas, sin perder el tacto propio de un V2.
En carretera, destaca por su ligereza y facilidad para cambiar de apoyo. El acelerador es preciso, la respuesta progresiva y los modos de conducción funcionan como prometen. Incluso en modo Wet, limitado a 95 CV, sigue siendo una moto divertida, rápida y efectiva.
En tramos con mal firme, las suspensiones Öhlins brillaron por confort y efectividad, compensando bien la ausencia de bieletas. La frenada, potente pero dosificable, permite un control total incluso en conducción exigente.
Más lógica e igual de emocionante

La Streetfighter V2 S 2025 es una naked deportiva completa, equilibrada y accesible. Ofrece una experiencia Ducati auténtica sin exigir el compromiso extremo de sus hermanas mayores. Su comportamiento dinámico, tecnología avanzada y versatilidad la convierten en una opción ideal tanto para iniciarse en el universo Ducati como para quienes buscan una moto emocionante pero utilizable.
Gracias a su electrónica, parte ciclo y nuevo motor, esta V2 tiene dos caras: amable y agresiva. Puede llevarte a diario por ciudad, disfrutar en curvas de fin de semana o incluso animarte a entrar en circuito. Y eso, en una Ducati, es todo un logro.
Ducati Streetfighter V2 S
Precio base: 18.995 €
Precios opciones: 0 €
Precio unidad de pruebas: 18.995 €
Ficha técnica
Mecánica
Motor: 4T, 2 cil. 4 válvulas
Cilindrada: 890 cc
Diámetro x carrera: 96 x 61,5 mm
Compresión: 13.1:1
Refrigeración: Por líquido
Normativa: Euro5 +
Alimentación: Inyección electrónica
Arranque: Eléctrico
Potencia motor explosión: 120 CV (88 kW) a 10.750 rpm
Par motor máximo: 93,3 Nm a 8.250 rpm
Embrague: Manual, mecánico con sistema anti rebote
Transmisión: Caja de cambios de 6 velocidades
Transmisión final: Por cadena
Parte ciclo
Chasis: De aluminio monocasco
Subchasis: De aluminio atornillado
Basculante: De aluminio de doabrazos asimétricos
Suspensión delantera: Horquilla telescópica Öhlins de 43 mm. NIX 30
Recorrido delantero: De 120 mm
Suspensión trasera: Amortiguador Öhlins lateral sin bieletas
Recorrido trasero: De 160 mm
Freno delantero: 2 discos Brembo de 320 mm
Pinzas delanteras: Brembo Monoblock M50, anclaje radial con ABS
Freno trasero: 1 disco de 245 mm
Pinza trasera: 1 pinza de doble pistón con ABS
Llantas: En aluminio. Delantera de 17 x 3,50 / Trasera de 17 x 5.50
Neumáticos: Pirelli Diablo Rosso IV (delantero: 120/70×17” / detrás: 190/55×17”)
Ángulo de lanzamiento: 24,1º
Avance: 103 mm
Distancia entre ejes: 1.493 mm
Altura asiento: 838 mm
Peso depósito lleno: 190 kg
Peso en seco: 175 Kg.
Capacidad depósito combustible: 15 litros










































