Reportajes11/07/2025

9º CROM Ride

La 9ª edición de la CROM Ride, nos permitió disfrutar de la diversidad de paisajes de la provincia de Girona, durante 550 km de road book.
Texto: Paulino Arroyo
Fotos: Crom Ride / Paulino Arroyo

Novena edición ya de la CROM Ride, prueba mototurística con salida y llegada en la ciudad de Girona. Y en esta ocasión además se celebró el Girona Motorfest con múltiples stands de marcas (podías probar algunos modelos), recambios y accesorios: ¡Un aliciente más en la CROM Ride! Personalmente fui invitado por la marca barcelonesa SHAD, y he disfrutado del baúl TR41 instalado en una CFMoto 450 MT.

Con el baúl SHAD TR41

En esta edición he colaborado con la marca SHAD en la prueba de su baúl TR41 que es reciente novedad en su extenso catálogo. Si queréis más información aquí la tienes… SHAD TR41. Pero adelantaros que por su escaso peso pasa desapercibido durante la conducción incluso a plena carga.

Girona, el Motorfest y sus contrastes

Cientos de curvas por carreteras emblemáticas, paisajes especialmente atractivos gracias a las lluvias del pasado Invierno y muchas ganas de rodar en moto. Esa ha sido la fórmula del éxito de esta edición. Tres ingredientes necesarios para que los 550 km de este road book -en papel en mi caso- fueran pasando bajo las ruedas de la CFMoto 450 MT sin apenas esfuerzo. Si a ello le sumamos el Girona MotorFest con exposición de motos nuevas, accesorios, recambio, motos de ocasión y poder probar motos de diversas marcas… la CROM Ride se está transformando en un evento motociclista aun más completo y sugestivo.

Desde el mar a la montaña, Girona es tierra de contrastes. Desde las playas de la costa rocosa que baña playas emblemáticas como las de Tossa de Mar a las alturas de la Cordillera de los Pirineos, más allá de la ciudad de Camprodón. Excelente escenario para poner a prueba una moto como la CFMoto 450 MT.

550 Km de ruta

Tras 9 ediciones, la CROM Ride no deja de sorprenderme. Bajar hasta la Costa Brava y recorrer algunas de sus carreteras emblemáticas es siempre un acierto. La carretera Lloret-Tossa es un buen ejemplo, junto a los acantilados sobre el mar, en un día radiante y aun a primeras horas. Allí descubrí que navegar con el Road Book da satisfacciones inesperadas. Habiendo participado en varias ocasiones en rutas que pasan por esa carretera, la de Tossa-Sant Feliu de Guíxols, nunca había subido por la de Sant Grau d’Ardenya, el punto de sellado.

Llegar a la Ermita Sant Grau, fue el objetivo de esos primeros kilómetros. Y algunos participantes decidieron tomar un café a la sombra del patio anterior a la Ermita. El comentario que oí de los integrantes de este punto de control fue: «¡vamos que ya no queda casi nada!». Que no falte el buen humor, pues quedaba: ¡todo el día por delante!. La carretera sube con ángulos inverosímiles alejándose del mar con rapidez y adquiriendo altura giro a giro.

Y le siguieron las curvas (Vidreres, hacia Romanyà, Coll de la Ganga, Madremanya) hasta llegar al Plà de l’Estany y al Lago de Banyoles, cuando el intenso calor ya empezaba a ser protagonista. La sombra del entorno del lago nos recibió, además, con espacio reservado para el aparcamiento de las motos. Este es un lugar especialmente tranquilo, a lo sumo con viandantes y ciclistas y algunas motocicletas pero por momentos se rompió la habitual placidez. Fue en este punto donde valoras la salida escalonada desde Fontajau en Girona, pues la llegada se hacía de modo progresivo.

El siguiente punto de sellado se alejaba de Banyoles, dirección Olot, Castellfollit de la Roca, rumbo a la estación de esquí Vallter 2000. Pero antes de eso pasamos por Oix y Beget, este uno de los pueblos más bonitos de Catalunya, (con permiso de la localidad de Rupit). La frondosidad de los bosques que bordean la carretera, aportó la necesaria sensación de frescor. Con la pantalla del Shoei abierta pude disfrutar del paso por esta agradable población que, en otras ediciones, ha sido punto de parada obligatoria. Salir de este enclave y seguir la carretera es sumamente sencillo: ¡Hay que llegar a Camprodón! no sin antes superar el exigente -y no menos bonito- trazado que pasa por Rocabruna hasta alcanzar la C-38. Tomar dirección a Camprodón lo hice sin seguir el road book, puesto que conocía la carretera. Tras llegar a Camprodón, la ciudad que acoge la fábrica de las reconocidas galletas Birba, te internas en un espectacular valle amplio que, rápidamente, se estrecha y asciende -ya con giros realmente pronunciados- hasta a la estación de esquí de Vallter. A pie de pistas, literalmente, sellamos y allí se encontraba la asistencia para los usuarios de cascos Shoei que no puede faltar en cada edición.

La calidad del asfalto del último tramo, hasta llegar a la estación, dejó mucho que desear pero la CFMoto 450MT se encontraba en su ambiente. Es una moto que se comporta bien en tramos muy virados aunque mejor en los ascensos que en los descensos. Y eso a pesar de los solo 43,5 CV de potencia, pues recordemos que estamos ante una moto A2 pura, por cilindrada y por potencia. El freno motor ayuda a no dejar todo el trabajo al único disco delantero. Y con neumáticos aun mejores esta motocicleta es una excelente primera elección.

Y a partir de este punto de sellado, todo, o casi, es bajada, (Sant Joan de les Abadesses, Collada de Santigosa, Vallfogona de Ripollès, Ripoll… hasta la localidad de Borredà, el punto más Occidental de todo el recorrido. Pero antes hubo que pasar por las curvas de Alpens, del Lluçanès, por la carretera de Rupit y del Coll de Condreu.

En Borredà coincidí con un piloto del Dakar, en dos y cuatro ruedas, el siempre atento Gerard Farrés, casi… ¡como si se tratara de «coger un waypoint»! Yo estaba deseando llegar a los puntos de sellado, quitarme el casco, refrescarme bebiendo y comiendo algo… pero él, los endureros y dakarianos en general, son de otro planeta. Seguramente salí después que él porque: ¡ni lo ví más tarde, ni me adelantó!

Los amantes de los rallyes de coches recordarán la carretera que marcaba el Road Book hasta llegar a Borredà (el 4º punto de paso). Se trata de un tramo tradicional del Campeonato del Mundo de Rallyes, cuando esta prueba del Mundial era conocida como «Rally Costa Brava» que no te deja indiferente por su buen asfalto y cantidad de curvas.

Después de otro buen montón de curvas, llegamos hasta las llanuras de la Vall d’en Bas, concretamente hasta Can Trona, un centro de interpretación de los aspectos culturales de la región, desde su pasado prehistórico y la naturaleza que lo envuelve. Este enclave, además de tratarse de un edificio con una arquitectura singular, merece una visita más sosegada. El entorno es volcánico, la comarca de La Garrotxa está plagada de volcanes y el paisaje no deja lugar a dudas. El suelo es fértil y la presencia de ríos y arroyos lo hace propicio para la agricultura, por lo que es un lugar idílico en muchos aspectos.

Y tras este último punto de sellado, amena conversación y una refrescante y reconstituyente manzana -obsequio de la organización- solo nos quedaba el regreso a Girona. Conocer y entablar conversación con lectores y seguidores de nuestra web MotoDeseo.com es algo que ocurre en contadas ocasiones. Y fue allí, en el Centro de Cultura i Natura de la Vall d’En Bas donde se produjo este afortunado encuentro. La prueba de la Honda NT 750 X DCT que apareció en nuestro canal de YouTube fue el tema de esta amena charla. Y tras despedirme de sus felices propietarios… seguí las indicaciones del Road Book, hasta llegar a Girona.

El próximo año más

Dicho así, recordando los kilómetros recorridos, pueden parecer pocos los 550 km recorridos. Lo cierto es que fui hidratándome a lo largo del día con un “camel back” (el que uso en las salidas BTT) y eso ayudó a superar cada etapa. 

Y al llegar al Pabellón de Fontajau deambulé entre los stands del Girona Motorfest, los de Honda, Yamaha, Harley-Davidson, Tecnimoto, Rieju, CFMoto, SWM, Macbor, Kove, QJMotor, Zontes, Atlantis Moto, entre otros. También utilicé el ticket de cena y bebida incluida en la inscripción, compartiendo mesa con viejos conocidos…

Solo me queda dar el agradecimiento a los voluntarios y a los que hacen posible, año a año, la CROM Ride: colaboradores, sponsors y a todas las marcas presentes con su stand. También a SHAD por darme la oportunidad de probar su novedad, el baúl Terra TR41, ideal para trails de pequeña y media cilindrada, en esta ocasión sobre una CFMoto 450 MT.


La CFMoto 450 MT

Por 6.495 € dispones de una trail con cilindrada de 450 cc. Eso es la CFMoto 450 MT, una trail de cilindrada media para el carnet A2, con 43,5 CV de potencia. El ABS es desconectable en la rueda trasera, dispone de control de tracción y de un par motor siempre presente que te saca de las curvas con rapidez. De hecho, en ocasiones te ves saliendo en segunda y tercera relación -sin darte cuenta-casi desde parado.

Su velocidad máxima queda supeditada por las cortas relaciones de cambio, pero alcanza  perfectamente -con rapidez- los 120 km/h con un consumo bajo que permite recorrer unos 400 km con un solo depósito de 17,5 litros. Por supuesto su velocidad máxima es muchísimo más elevada a cambio de rodar muy alto de vueltas, pues la potencia mencionaba que es de solo 43,5 CV. Las cortas relaciones de cambio le pasan factura, pero, por el contrario, el par motor está siempre presente.

En ningún momento notas el calor del motor incidiendo en las piernas. El manillar es ancho y, a mi juicio, excesivamente plano. La postura de conducción está a medio camino entre una naked y una trail, y no invita a conducir de pie. La información que llega desde la pantalla TFT es completa pero algo confusa por el pequeño tamaño de los dígitos. Sí. ¡Ya sé que es algo en lo que influye la edad -y consiguientes deficiencias visuales- del conductor!

El peso se queda en unos 192,5 Kg con el depósito totalmente lleno. No es ligera pero el peso no lo notas ni en marcha ni al moverla en parado, en parte por alcanzar fácilmente el suelo. El asiento se sitúa a 800 mm de altura. Las suspensiones son KYB ajustables tanto la delantera como la trasera, esta con bieletas. Ambas disponen de 200 mm de recorrido. Una trail con un precio muy ajustado de 6.495 € (matriculación y gestoría aparte), que bien puede ser la primera moto para muchos usuarios con carnet A2.

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